Los conflictos forman parte de todas las familias y en algunos momentos determinados pueden llevar a desestabilizarla. Para evitarlo, es importante saber abordar estos conflictos de manera eficiente y pacífica, reestableciendo la comunicación para devolver el orden y la estabilidad a la unidad familiar.
 
Nuevas situaciones sociales en el seno de las familias, acaecidas por el envejecimiento y la dependencia de un familiar, las rupturas de parejas, procesos conflictivos entre padres e hijos… etc, requieren de nuevas estrategias y recursos para afrontarlas. Se establece necesario generar valores en este ámbito para prevenir, resolver y transformar situaciones de conflicto que mejoren la convivencia y la salud familiar y que ayuden a que los procesos de rupturas de las parejas sean afrontados de forma pacífica. 
 
La utilización de la mediación en el ámbito familiar debe responder a un cambio de paradigma donde la sociedad asuma la necesidad de resolver los problemas a través de vías pacíficas, tratando de evitar la judicialización de la vida cotidiana.